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Julio Cesar San Martín, presidente de la Liga Encarnacena de Fútbol

Nació en Yutý un 7 de Enero de 1927fue el presidente de la Liga Encarnacena de Fútbol

 que proyectó la iluminación del estadio de Villa Alegre (Papi” San Martín, como le decían sus amigos)

 Hijo de Paulino “Chiquilo” San Martín, quien tenía un pequeño almacén sobre la calle Capellán Molas, casi Carlos Antonio López.

En los primeros años de su adolescencia, Julio Cesar se trasladó a Villarrica para proseguir sus estudios secundarios. Vivió en la casa de una familia de apellido Suhurt. En ese ínterin, sus padres se trasladaron a Salitre Cué y luego a Encarnación.

Llegó a Encarnación alrededor de 1941, cuando tenía 13 años. Abandonó sus estudios a mitad de año por la mudanza de sus padres, que luego concluyó en esta ciudad, en la Escuela de Comercio Cipriano Ibáñez.

Entró a jugar en el 22 de Septiembre F.B.C. porque su compañero de colegio, “Nenete” Ghere, jugaba ahí y fue él quien lo presentó en el club. A San Martín le gustaba el 22 de Septiembre porque en un pueblo de Misiones, donde vivió un tiempo, conoció un club llamado Sportivo Pozo que tenía la camiseta con los colores celeste y blanco al que le tomó cariño. De ahí su simpatía al decano.

Más adelante se hizo amigo y compañeros de los hermanos Sténico con quienes formaron un equipo de Primera División que en las décadas del ´40-´50 era imbatible. 

Trabajó como contador en el Banco Agrícola del Paraguay, lugar en el que también se desempeñó como cajero don Rómulo “Tito” Fernández Decamilli. Luego realizó la misma tarea en el aserradero de Schöller. Más adelante, contador de la empresa Aero-Sur, propiedad de Robledo y otros socios.

Cuando en 1952 se compró el terreno para la sede social del 22 de Septiembre F.B.C., Julio Cesar San Martín con los demás jugadores, todas las tardes se iban al lugar llevando carretillas, machetes, azadas, palas para limpiar el predio que era un esteral, un caruguá. 

Salían del trabajo, una ducha y ya se trasladaban al lugar. Trabajaban hasta alta horas de las noches. Además de los entusiastas jugadores, colaboraron en esta tareas, socios y simpatizantes, quienes  corpieron, rellenaron con escombros y tierra y comenzaron a construir una pequeña gradería.

En enero de 1955, “Papi” San Martín contrae matrimonio con Irma Grenno. La despedida de soltero le hicieron en la nueva sede del club.

Julio Cesar San Martín, al igual que otros jóvenes que querían proseguir sus estudios universitarios, soñaba que se abriera una universidad en la ciudad. 

Fue así que un día, participando de una reunión del Club de Leones en Asunción, cuyo gobernador en el Paraguay era un importante exponente de la Universidad Católica de la capital, le pidió su ayuda para interesarle al Rector para la apertura de una filial en Encarnación. En la ocasión, el Gobernador del Club de Leones no le dijo ni sí ni no. 

Tiempo después, San Martín recibió una carta de la Universidad Católica en la que le anunciaba que el proyecto de habilitación era posible y que el estudio está muy bien encaminado.

Posteriormente, la autoridades de la Universidad Católica enviaron a Encarnación al Dr. Enrique Ibarra al Lic. Gerardo Fogel, ambos de confianza de la Iglesia para conformar una Comisión que trabaje para la apertura de la filial. 

“Papi” San Martín Integró el grupo de los pioneros estudiantes de la reciente habilitada Universidad, siendo uno de los primeros egresados de la carrera de Ciencias Contables con Pelí Agüero, Alberto Squef, Roberto Núñez y otros. Con el título de licenciado fue ayudante de cátedra de Sindulfo Wapenka.

13 de marzo de 1968 fue electo presidente de la Liga Encarnacena de Fútbol, cargo que desempeñó hasta el 19 de enero de 1969. Durante su administración, se proyectó la iluminación del estadio de Villa Alegre, que se concretó dos años después estando como presidente el abogado Ramón Enrique Reverchon.

A comienzo del año 1972 se trasladó con toda la familia a Posadas, porque el aserradero de Schöller se vendió a la Cooperativa, interín a su desempleo, un amigo suyo, Paco Maluff le consiguió trabajo en la empresa Singer, una firma de máquinas de coser.

En la capital de la Provincia de Misiones, estuvo durante nueve años. De ahí se trasladó a Resistencia debido a que la hija mayor quería ser arquitecta y en Posadas no había para estudiar esa carrera. La otra hija quería ser contadora y el último, abogado.

El Centro Singer, para facilitarle estar cerca de sus hijos que estaban en la capital del Chaco argentino. le ofreció un trabajo en esa ciudad. En 1980 vendió la casa de Posadas y se mudó con toda la familia a Resistencia.

De Encarnación tiene memorables recuerdos de los amigos, citando entre ellos a don Alberto Squef y Anibal Romero. 

También de su gran amigo Domingo Robledo, quien le tenía mucha confianza. “Papi” San Martín, recuerda que lo que él le decía era palabra mayor. Fue su contador en Aerosur. 

Por ser primo hermano de Eduardo San Martín, el que fue senador y líder del MOPOCO, un día el presidente Stroessner, le cuestionó a Robledo del por qué le tenía como colaborador muy cercano.

Domingo Robledo le dijo que “Papi” era su amigo y que depositaba en él toda su confianza. El presidente aceptó y no volvió a insistir sobre el tema.

Según Julio Cesar San Martín y su esposa Irma Grenno, Sombrero Hú era un hombre muy tratable, caritativo, se preocupaba por las necesidades de la gente. 

Mencionó como ejemplos que su papá (de San Martín) tenía un almacencito y no permitía que se le cobrara impuestos, y cuando en una oportunidad su hijo tuvo una grave quemadura, Robledo le facilitó el avión para trasladarlo a Asunción. Además todas las semanas Irma Grenno viajaba a Asunción sin cobrarle el pasaje.

Su esposa

 Irma Grenno, hija de Juan Grenno, quien ocupó la presidencia de la entidad en 1939, fue locutora de Z.P. 5 cuando la emisora se habilitó en una casa alquilada a don Abraham Squef. 

Trabajó en la radio porque vivía al lado de la casa de la familia Squef y ahí estaba el estudio de la radio (en el actual negocio de Chacho Squef  vivió don Juan Grenno).

Fernando Ramos, jugador de básquetbol del equipo del 22 de Septiembre, uno de los directores, fue el que la hizo locutora. Trabajó durante 5 años hasta recibirse de Profesora Normal y dejó el micrófono.

Son sus hijos: Inés María, Sara Serena, Julio Cesar y Adela.

Del libro, 22 de Septiembre FBC, un siglo en la historia – Julio Sotelo – Páginas 625 y 626. – Enero 2008.

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