Nació Gilberto "Papi" Silvero, en cuya casa se fundó la Universidad Católica de Encarnación
Hijo de la encarnacena Justa Basile Melgarejo y del guaireño Juan de la Cruz Silvero Zarza, nació en Villarrica el 1° de enero de 1930. Tuvo 3 hermanas de esta madre y 4 hermanos del primer matrimonio de su padre.
Huérfano de padre desde la edad de 1 año, fue cuidado por su madre y protegido por sus hermanas y hermanos dentro del ámbito de mucho cariño y amor fraterno. Sus hermanos, todos mayores que él, ya que fue el menor de todos le dieron el ejemplo del estudio, la lectura y la dedicación al trabajo.
Estudió en la Escuela Normal Nº 4 “Clementina Irrazábal” de Encarnación donde obtuvo el título de Maestro Normal en 1946, y el de Profesor Normal en 1948, en la Escuela de Normal Nº 2 “Manuel Gondra” de Villarrica, su ciudad natal. Contrajo matrimonio con Emma Mercedes Salgueiro Muñoz (Doña Mechenga) con quien tuvo 8 hijos: 5 mujeres y 3 hombres: María Teresita, María Cristina, María Mercedes, Gloria Isabel, Gilberto (h), Jorge Raúl, Emma Carolina e Iván Alejandro.
En este contexto familiar, sin embargo, aunque le faltó la figura paterna pudo revertir esa carencia siendo una persona alegre que supo ver en cada momento de la vida, la posibilidad de ser feliz y hacer feliz a los que le rodeaban. Fue un joven inteligente, inquieto, solidario, jovial, excelente amigo y compañero. Ya adulto y casado se ahondaron más sus cualidades, quiso ser docente y lo ejerció por un tiempo, pero pronto la realidad de la vida lo llevó por otros caminos cuando ya era jefe de una gran familia, tuvo que enfrentar la realidad de la vida en lo económico.
Como todos los niños practicó el fútbol y se asoció al club de su predilección: El 22 de Septiembre. En 1952, jugando en el decano se rompió el brazo. Fue presidente de la entidad decana en el periodo 1978/80. Por aquella época la entidad cumplía un papel relevante, no sólo era club deportivo sino también cumplía el rol de club social y en ese rol, el 22 de Septiembre tuvo mucho protagonismo, porque era la institución que albergaba a los vecinos de la Villa Baja que por aquellos años era el centro urbano y comercial de la ciudad.
En la década de los años ’50 y ´60 Gilberto Papi Silvero fue maderero y llegó a tener un obraje en Yaguarazapa, llamado Katupyry. Muchas de las personas que estaban involucradas en este medio laboral de los obrajes se volvieron tan conocedores del sistema de cómo se da la biodiversidad, y el problema que acarrea la deforestación. En aquella época ya se hablaba de una forestación que cumpla con nuestra biodiversidad, pero las políticas públicas del Estado no acompañaron. Además otras deforestaciones fueron más lacerantes a la biodiversidad, como lo hicieron para plantar tuna y luego la soja, amén de la inversión de los “madereros brasileños” en las fronteras.
Como hombre inquieto se convirtió en poco tiempo en próspero empresario y cuando las papas quemaron en la depresión económica y las puertas se cerraron para la exportación de la madera, la empresa se vino abajo; él no se amilanó, siguió luchando y dando ánimo al numeroso grupo de madereros que pasaban por el peor momento.
Fundo la Acción Católica, llegó a ser Presidente Diocesano de Acción Católica. Socio fundador del Partido Demócrata Cristiano. También fundador de la Universidad Católica – filial Encarnación, siendo el Primer Presidente de la Comisión de Amigos de la Universidad. Pero no sólo perteneció a instituciones eclesiales sino también a instituciones de desarrollo de la comunidad como socio de la Institución de Industria y Comercio. Fundador y Presidente la Cooperativa de Madereros del Paraná. Limitada. Presidente del Club 22 de Septiembre. Fundador de la Primera Asociación de Bomberos de Encarnación.
Su espíritu altruista y de fe cristiana no se amilanó ante los desafíos que le tocó enfrentar como militante laico de la Iglesia Católica, cuando ésta comenzó a tomar sintonías diferentes a su posición y cuando otros ocuparon su lugar, se apartó con dignidad, pero sus valores y principios no se debilitaron, al contrario esta fuerza que le daban sus valores y principios en ese momento cuestionados por la misma Iglesia.
En esas décadas también tuvo mucho protagonismo la Iglesia Católica, el Año Santo Universal (1950), el surgir de los grupos laicos, llamados de Acción Católica, que llevó a la Iglesia a un Concilio: el Vaticano II en la década de los 60’, Puebla Medellín, son nombres que nos hablan de una Iglesia Católica con apertura humana, ecuménica y con una nueva forma de litúrgica; en el idioma de cada pueblo, de cara al pueblo, que llegaron a nuestras culturas en lo más recóndito de nuestros corazones porque pudimos participar de Misas en nuestro idioma: el Guaraní, en vez del latín y la música gregoriana, que acompañaba la liturgia de la Misa, dio lugar a la Misa folklórica con polkas y guaranias. Todo este renacimiento dio inicio a la Teología de Liberación donde se comenzó a redefinir el apostolado y revertirlo hacia los más desposeídos. Papi Silvero fue consecuente con esta doctrina de nuevos aires, de una forma más humana y misericordiosa de evangelizar y esta dimensión humana y cristiana transversalizó su vida y sus obras.
También por aquellas épocas los clubes sociales y deportivos cumplían un papel relevante, hablamos de la década del 50, 60, 70. No sólo eran clubes deportivos sino también cumplían roles de clubes sociales. En ese rol tuvo mucho protagonismo Papi Silvero siendo dirigente o presidente, porque en el club donde era socio activo, el decano albergaba a los vecinos de la Villa Baja que en esas décadas era el centro urbano y comercial de la ciudad.
Este club no fomentó sólo el fútbol en los jóvenes, sino el básquetbol y siempre estuvo adherido a las organizaciones del Carnaval Encarnaceno, los corsos, las comparsas y carrozas que con el paso de los años, llegaron a tener fama nacional e inclusive regional.
Además tuvo mucho protagonismo en la organización de las actividades sociales. Hay que dejar claro que el fútbol, el carnaval, los eventos sociales, contaban con la participación efectiva de mujeres, socias del club, quienes mantuvieron la vida de la institución. Estas mujeres famosas fueron doña Ata de Ortíz, doña Elba Fernández Decamilli, las Campuzano, Pilola de Lubian, las hermanas Ramírez, doña Ita Arigós de Pérez, las Segovia, Azucena Cocco Perito y muchas otras que cocinaban a los jugadores y atendían en la cantina. Si no fuera por estas mujeres que dedicaban tiempo y esfuerzo, trabajo sin ningún protagonismo y que fueron las referentes de confianza para que las familias manden a sus hijos a los ensayos, fiestas, etc.
El apoyo que daban las mujeres tenía mucho impacto, pues si bien los hombres eran fanáticos del Club y se entregaban a él; las que mantenían la mística eran las mujeres porque ellas no fueron al club solas, involucraban a toda su familia, a sus vecinos y participaban de las actividades del “22 de Septiembre”; paso a ser parte de su quehacer cotidiano, por lo tanto era un compromiso. Pero hay que decirlo todas las actividades tanto las deportivas como las sociales, tenían objetivos altruistas como la convivencia, la sana competencia, el despliegue de habilidades deportivas o artísticas.
Un hecho muy, pero muy importante para Encarnación, fue el apoyo que brindó Gilberto “Papi” Silvero a la Universidad Católica para la fundación de la filial de Encarnación. Para la fundación fue el pilar que proporcionó la infraestructura material, alquiler de casa, muebles, útiles y todo lo necesario para que se pueda concretar este importante hecho para la ciudad, sobre todo para los jóvenes, si bien, el no fue profesor en esa casa ya que tenía que producir los insumos necesarios, hizo todo para que este anhelo de muchos se concrete.
Como católico fue un activo miembro de la Acción Católica, el más importante movimiento de la iglesia en esa época. Fue un católico en el que se podía mirar como ejemplo. Una de las acciones de Papi Silvero que lo pinta como un ser humano sensible, su don de gente que lo impulsó a construir una piecita en el fondo de su casa a Mario Chamorro, un funcionario del BNF, que tenía lepra.
Fue un hombre en el mejor sentido de la palabra, nada lo desvió de sus objetivos, ni la madre de carácter fuerte y celosa de su único hijo varón, ni sus suegros que en los primeros momentos de su relación, no supieron vislumbrar lo que ese hombre valía, sin embargó con todos cumplió a carta cabal, hijo respetuoso, yerno correctísimo, todos se rindieron ante sus virtudes.
Participó en toda actividad para ayuda de los damnificados de las crecientes del Río Paraná .Fue un excelente esposo y padre de ocho hijos, tuvo en su esposa una excelente compañera. Como humano habrá tenido sus defectos, pero en todo caso sus virtudes le sobrepasaron en mucho. Dejó en sus hijos como herencia sus virtudes, muy jóvenes quedaron sin su padre físicamente, pero supieron llevar adelante sus ejemplos.
También fue preso en 1959
En la madrugada del 12 de diciembre de éste año lo llevaron preso al igual que muchos otros honorables ciudadanos, acusados por las autoridades de la época de ser colaboradores de los insurgentes que llegaron de Posadas. Bajo esta acusación, por orden de Salvador Bogado le sacaron su auto, un Plinio Americano, 4 tractores, y 2 camiones. El auto, el Delegado de Gobierno le entregó a un caudillo colorado a quien se lo conocía como Cholin Brítez, que en su condición de buen colorado, le pagó luego 9.000 Gs. por el vehículo.
Entre 1959 y los siguientes años hubo una terrible persecución a los opositores, la gente lloraba. Nadie se movió en Encarnación para defender. Los viejos amigos se negaban. En estos años, en la zona de su obraje, Edelira y Capitán Meza, los personales encontraron cadáveres tirados desde el avión, presuntamente arrojados desde un avión por el mayor Eduardo Chamorro. Éste, años después llegó a ser concejal municipal y cuyo nombre se perpetua en una calle de la ciudad de Encarnación como si fuese un gran ciudadano.
Papi Silvero se retiró como activista de la Iglesia, porque Monseñor Wiessen se hizo del desentendido, cuando a Salvador Bogado y al sacerdote militar Wolfgang Boscher lo designaron como padrinos de honor de una colación. Nadie tuvo en cuenta en esos años de persecución que Papi Silvero dio madera para construir la cuadra de los soldados en la Caballería, le daba la leña a la guarnición militar, ni que cuando el Gral. Andrés Rodríguez, Comandante de la Caballería vino a inaugurar la cuadra, éste le dio un pergamino.
Tampoco Artemio Vera, quien era influyente en la época, se acordó de él, cuando éste lo llevó a la Acción Católica. Que en su carpintería se hizo la primera escalera de madera para el Cuerpo de Bomberos.
Gilberto Silvero se retiró de la política y de la iglesia en la década del ´70 cuando perdió toda su fortuna, le embargaron todo, le remataron sus bienes, perdió la casa, los vehículos. Recién en 1984, la Universidad Católica le rindió un homenaje póstumo y la promoción de aquel año lleva su nombre.
Papi Silvero falleció el 27 de abril de 1984, a los 54 años, pero su presencia sigue en el seno de su familia y a través de las instituciones que acompañó a fundar, lo que nos plantea que las obras de personas que transcienden su espacio propio para proyectarse a la comunidad perpetúan a pesar de estas personas que la vieron nacer y que ya no están físicamente. Mercedes Salgueiro Muñoz (Doña Mechenga), su esposa, nacida el 24 de setiembre de 1934, dejó de existir en Asunción el 26 de septiembre de 2017.
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Maria Cristina Silvero (miércoles, 11 octubre 2023 10:35)
Acabo de encontrar este homenaje a mi querido padre. En nombre de mi familia quiero agradecer a la persona que escrbío una hermosa historia sobre mi papa. Y a ustedes por publicarla para que mi padre siempre sea recordado por la gran persona que fue. silvero.cris@gmail.com