Ocupación hotelera con picos del 100%, rutas con gran movimiento y atractivos con variada actividad, confirman que la tierra colorada se impone como destino de preferencia en las agendas de los viajeros.
Luego de dos años de poca -y hasta por momentos nula- actividad, el turismo misionero vuelve a latir, y su curva ascendente confirma que goza de muy buena salud.
La tierra colorada, la de los jesuitas, vuelve a hacer podio en las agendas turísticas de Semana Santa. De punta a punta de su curva de selva, la tierra sin mal vive la religiosidad a puro estilo misionero, recibiendo a las visitas con la mesa tendida de historia, cultura, tradición, y amistad.
Iguazú arrancó la semana con capacidad plena, y ocupación hotelera del 100%. Las pasarelas de la Maravilla natural del Mundo no desmienten las estadísticas, marcando más de 11 mil ingresos este Viernes Santo. Un crisol de idiomas se funde de manera permanente, en un ir y venir constante de rostros emocionados, que cruzan miradas de complicidad, de "querer compartirle al que va, su emoción por lo que acaba de ver".
La reacción de los turistas es, por estas fechas, un espectáculo aparte. Les sorprende todo, el color de los pájaros, la astucia "ladrona" de los coatíes, la maravilla de la inmensidad de la Garganta del Diablo.
Al mismo tiempo, Posadas cuenta también con gran movimiento. Propone a propios y visitantes, recorridos por puntos y lugares históricos y turísticos como actividades culturales en diferentes espacios. El jueves se realizó el tradicional circuito de las Siete Iglesias, con transporte y guías exclusivos; mientras que este viernes, desde las 20, en la explanada de la Catedral, se presentará la obra “Arcano de Viernes Santo” y el ballet del Parque del Conocimiento. El domingo, como cierre de la Semana Santa, se llevará a cabo un city tour durante la tarde.
Apóstoles, capital provincial de la Semana Santa y el Pesanké, también ostenta orgullosa actividad plena. Tierra de polacos y ucranianos, los huevitos pintados por grandes y chicos con la dedicación de un artista, forman parte de la tradicional canasta de alimentos para la bendición durante la misa del sábado de gloria. Los "pierogi" o "perogé" (plato típico de la cocina polaca) es "el plato del día" del Viernes Santo para quienes respetan la tradición penitente de abstinencia y ayuno. Quienes buscan estos rituales, se pegan una escapada a Apóstoles, con alguna que otra parada en ruta para juntar plantita de marcela.
El viernes Santo, uno de los destinos más concurridos es San Javier, donde se realiza la tradicional procesión al Cerro Monje, y el Vía Crucis viviente, un espectáculo especial para vivirlo en familia. Además, habrá exposiciones y patio gastronómico.
Concepción de la Sierra, Tres Capones, Leandro N. Alem, San Vicente, Puerto Rico y Capioví, proponen visitas guiadas por circuitos culturales-históricos, festivales gastronómicos y musicales, cine y actividades para los más chicos.
En Oberá, el Parque de las Naciones recibe a sus visitantes con la propuesta "Semana Santa en el Parque Arte, Sabor y Fe", con cada Casa Típica ornamentada de acuerdo a las tradiciones de su país de origen.
De curva a curva de su selva, Misiones vive la Semana Santa en perfecta comunión con su historia y su cultura, a pleno, con un gran caudal de turistas que van y vienen por las rutas, dotando de sentido todos los esfuerzos realizados durante los dos últimos años. Los frutos están en cada ruta, en cada emprendimiento, en cada misionero que vive del turismo, directa o indirectamente.
Los números dejan de ser fríos y se convierten en la feliz realidad del deseo de muchos durante la pandemia. Ocupación hotelera con picos de 100%, emprendimientos gastronómicos con plena ocupación en sus mesas, Parques Provinciales llenos de visitantes, filas en los kioscos, bares, tiendas, el chipero de la ruta y el mercadito de la esquina. Las economías locales agradecidas. Los misioneros con más trabajo.
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