La última batalla del clown

Este sábado a las 21:00 horas en la sala del Espacio Reciclado (Pasaje Misiones 3040) se estará presentando la última función del unipersonal de Jonathan Vázquez “Esquizofrenia del Arte”. Obra galardonada con el tercer puesto en el último encuentro provincial: “El Teatro de Fiesta”. Dicho trabajo actoral está escrito y dirigido e interpretado por el joven Vázquez (25).

Hace menos de un mes se cumplió un año del estreno de esta obra en el galpón del Grupo de Teatro Comunitario Murga de la Estación; desde aquella primera función a sala llena, hasta este sábado que se hará la última, el grupo de teatro conformado por los hermanos Antonio y Jonatán Vázquez, bajo la producción de Alejandro Gutiérrez han cosechado logros y reconocimientos institucionales y sobre todo cariño de todo el público que tuvo la oportunidad de ver en acción a este clown.

La primera buena noticia llego con el reconocimiento del tercer puesto en la fiesta provincial de Teatro. Gracias a una propuesta del director de teatro Buki Rosas se pudo realizar durante el mes de mayo en el Centro Artístico Mandové Pedrozo una temporada de 5 funciones, en la cual el grupo tuvo la oportunidad de llegar a otro público teatrero. Pasando el segundo semestre, quedamos seleccionados en conjunto con diez obras más por la delegación provincial del Instituto Nacional de Teatro (INT) para participar del programa “Escenarios Azules”, en la cual la obra giro por diferentes puntos de la provincia.

Como si esto fuera poco, el último año de la carrera de psicología de la Universidad de la Cuenca del Plata presenció y analizo la obra en manera de trabajo práctico. Para finalizar un año plagado de buenas noticias la Municipalidad de la ciudad a través de la Secretaria de Cultura y Turismo reconoció el trabajo del grupo con una mención especial en la entrega de los premios Arandú.

La obra

En esta su primera obra el joven actor denota el proceso de maduración que viene sufriendo a través del tiempo con su clown. Un tanto lejos (pero no tanto) de aquel clown bardero, mal hablado, de pasos lentos pero letales, en esta nueva versión mejorada, el entrañable y querido payaso de circo al que todo chico ama, ese personaje de un corazón gigante, que apenas esconde su rostro con un poco de maquillaje entre sus mejillas, protegido por una enorme nariz roja la cual lo libera de todo miedo, dará batalla en todo momento a su peor enemigo.

Intentando encontrar el equilibrio entre el bien y el mal en cada acción que realiza sobre el escenario lo cual en todo momento lo lleva a estar al límite del conflicto interno, con su otro yo, por suerte a veces encuentra refugio en la complicidad que genera con los espectadores. De todas maneras, Hoogie se las arregla para desempolvar los viejos trucos que todos esperamos de un personaje de estas características: figuras de animales hechas con globos, malabares, chistes picantes, todas las técnicas clásicas las cuales la maneja a la perfección. Como plus a su repertorio, Vázquez hace uso de sus conocimientos de pintura aprendidas en la universidad para utilizarlo como recurso escénico.

Con la asistencia de su hermano Anthony, quien se encargó de hacer la puesta en escena, planta de luces, sonido y video, Hoogie Boogie ya está listo para hacerle frente a cualquier escenario y público que se le ponga adelante, y aunque se niegue a recibir los aplausos y cariños que bajan desde las gradas, creara el espacio propicio para desatar esta metafórica guerra entre el bien y el mal, valiéndose de su recuerdo más importante, Clementina.