Iguazú en Concierto se vistió de selva y magia en su gala final

Las Cataratas fueron el telón de fondo de la jornada final de Iguazú en Concierto. Se vivió una tarde mágica que permitió la interacción musical entre niños y jóvenes de catorce países.

Los jardines del Hotel Sheraton en el Parque Nacional Iguazú se llenaron de música, alegría y emoción este domingo por la tarde con el gran cierre del Festival Internacional de Coros y Orquestas Infanto Juveniles.

La posibilidad de lluvia generó cierta incertidumbre horas previas al concierto y durante también, ya que en varias ocasiones el agua se hizo sentir en fugaces lloviznas. “Vamos a ponerle mucha buena energía para que podamos disfrutar hasta el final de este maravilloso espectáculo”, expresó al inicio Martín Wullich el presentador del evento, interpelando al público a comprometerse con la situación y a disfrutarla a cada instante.

La famosa historia de amor sucedida en Verona fue la primera en volverse canción. Pero como “Romeo y Julieta” se trató de un trágico relato de la literatura y en el Iguazú en Concierto no está permitida la tristeza, seguidamente fue el turno del Vals de la viuda alegre. Esta pieza, como varias, tuvo el complemento de la danza a través de la participación del ballet oficial del festival.

El clásico “I´m singing in the rain” tocaron luego los jóvenes. El locutor bromeó al finalizar diciendo que “esperamos que acá no pase lo que dice la canción”, haciendo referencia  a la inestabilidad climática de la jornada.

A la orquesta de arpas paraguayas la presentó el profesor misionero, Miguel Brizuela. “Soy de la región y me gustaría presentar a estos músicos que nos identifican con su arte”, comentó. Algunos clásicos internacionales y propios de su cultura formaron parte del repertorio.

El ritmo latino hizo bailar a los presentes con “Mi Tierra”, de Gloria Estefan, para luego dar paso “Hello Darling”.

Un momento muy especial fue el de la interpretación de la Marcha de San Lorenzo, con las excelentes melodías de tantos niños y la cautivante voz de un jovencito de 14 años que motivó a todos acompañarlo en la letra.

Aunque no pareciera cierto por la diferencia de estilos y tiempos, cada pieza tenía una relación con otra. Los personajes “Irupé Schubert” y “Ramón Rosales” eran los protagonistas de una historia de amor que se fue construyendo de principio a fin esa tarde. El locutor se encargó de darle vida al relato contando en cada pausa las anécdotas que servían para dar pie al próximo grupo. Así, cada ocasión tenía un sentido particular.

Pura alegría se vivió con los chicos de Zimbabue y el divertido sonido de las marimbas. Todo el escenario se alzó en baile. Es importante destacar cómo los músicos supieron dar un espectáculo integral porque todos tenían una coreografía pensada especialmente para cada función del instrumento; característica preciosa que a la vista volvió aún más agradable el concierto.

“Dancing queen”, “We are the champions” y algunos clásicos del rock internacional también fueron recordados.

Hubo tiempo además para la danza de alto nivel. Los bailarines del Teatro Colón dejaron de pie y a aplausos al público con su respetado y reconocido “Vals de las flores”.

Los tambores de Trinidad y Tobago fueron una novedad este año. Llenaron de dulzura la tarde que ya estaba a punto de terminarse.

Otro momento de imponente emoción fue el de “The circule of life”, acompañado por el ballet del Parque del Conocimiento que se tornó verde selva y subió al escenario representando a animales típicos de nuestra región materializados en sus trajes y movimientos.

El final tuvo su condimento local y se pudo ver al jardín repleto de palmas sentidas por “El Mensú”, última canción ejecutada dentro del programa, ya que “fuera de lo previsto” –como lo comentaron los organizadores- se pidió un tiempo especial y se preparó entre todos el Himno Nacional Argentino. Los coros, las orquestas y el público cerraron así una tarde a pura pasión y emoción.

La directora del Iguazú en Concierto, Andrea Merenzon, agradeció el “esfuerzo de todos los que hicieron posible un evento de tanta magnitud. Tenemos un equipo que le pone mucha pasión a esto y eso hace que las cosas salgan bien y den ganas de continuar”. Brindó unas palabras especiales para todos los niños y las historias que hay detrás de cada uno. “Los chicos son de diferentes países, algunos muy lejos de acá, y gracias a la confianza y trabajo de todos podemos disfrutar juntos de este espectáculo”, remarcó.

Los participantes de esta séptima edición fueron en Orquestas: Grillitos Sinfónicos (Argentina), Orquesta Maravillas del Mundo Puerto Iguazú (Argentina), Orquesta de Cordas Instituto GPA (Brasil), Orquesta Sinfónica Estudiantil O´Higgins (Chile), Petites Mains Symphoniques (Francia), Sonidos de la Tierra - Arpas Paraguayas (Paraguay), Orquesta Filarmónica Infantil del Perú (Perú), Swing Kids Jazz Band (Suiza), Exocubs Steel Drums (Trinidad & Tobago), Watershed And Wind Marimba Band (Zimbabue). Los Coros: Coro Infantil Santa Cecilia de Puerto Iguazú (Argentina), Coro de Niños del Teatro Colón (Argentina), Coro Juvenil Femenino de la Escuela de Niños Cantores de Córdoba (Argentina). Los Solistas: Tahiel Lucero (Argentina), Adelaide Harliono (Reino Unido), George Harliono (Reino Unido), Sofiia Matvienko (Ucrania), Aoi Murakoshi (Japón), Victoria Warzyca (Argentina), Leandro Hauxwell (Argentina). Y los grupos de Danza: Ballet Folclórico del Parque del Conocimiento (Argentina), Ballet del Instituto Superior de Artes del Teatro Colón (Argentina), Ballet del Festival Iguazú en Concierto (Argentina).

Por el nivel y calidad del encuentro, se recibió este año la distinción de Marca País. Misiones se convierte así en una provincia convocante que cuenta con los recursos y herramientas necesarios para recibir a los contingentes de diferentes partes del mundo que se hospedan en la provincia durante los cinco días consecutivos que dura el festival. Para el desarrollo exitoso de la propuesta se redoblan esfuerzos y articulan acciones entre todos los sectores involucrados en la actividad.

Como ya se dio a conocer por el Ministerio de Turismo, se registró una ocupación de alojamiento del 78,2% en promedio para los cinco días.  Los hoteles, alcanzaron un 87,8%; aparts y lodges un 79,9%; un 35,8% registraron los residenciales y 30% los hostels.  

El gasto turístico superó los 34 millones de pesos que se vuelcan al circuito económico interno, generando trabajo y potenciando la economía misionera y regional.

De ahora en más resta fortalecer el compromiso asumido este año, con el entusiasmo de continuar construyendo este rico espacio de intercambio de experiencias, culturas y valores.