Esta mañana, la Municipalidad de Posadas le rindió homenaje a Esteban Servando Semilla al cumplirse 120 años de su natalicio. Junto a familiares y amigos, la Comuna descubrió una placa recordatoria de la vida y obra de este hacedor que la ciudad tuvo la buena fortuna de albergar.
Urbanista de oficio, desde la función pública, contribuyó al crecimiento de la Ciudad como pocos. Fue el precursor obras de la envergadura de las cuatro avenidas que circundan el centro, con sus jardines y chivatos; también impulsor del primer paseo costero posadeño y de la urbanización de la Av. Uruguay entre muchas otras realizaciones.
Semilla caló hondo en la historia de Posadas y sin ser oriundo de la tierra colorada (nació en San Pedro, Provincia de Bs. As.), dejó su huella imborrable en la esencia de la Capital Provincial.
El acto de hoy, y el posterior descubrimiento de placa, tuvo lugar en la plazoleta que hace casi 50 años, se erigió en su memoria y como símbolo de la urbanización posadeña lograda mediante sus gestiones.
Se hicieron presentes el ministro de Desarrollo Social, Joaquín Losada, y gran parte del gabinete del Intendente Ing. Orlando Franco. En representación de la Municipalidad de Posadas, el Secretario de Cultura y Turismo, Dr. José María Arrúa, reflexionó respecto a la vida y obra de Semilla, asegurando que "son las nuevas generaciones las que tienen el desafío de continuar la obra de Esteban Servando Semilla, quien supo ser un hombre distinto, una persona que tuvo una visión de ciudad moderna que en aquellos años, era muy difícil de administrar porque Misiones recién comenzaba su proceso de provincialización y la autonomía económica no existía. Hoy estamos orgullosos de continuar su legado, al formar parte de esta gestión que busca posicionar a Posadas como el gran Portal Urbano de la Selva Misionera. Hoy ese sueño de Servando, de que la antigua Costanera Norte se una a la zona del puerto, es una realidad, como también lo son tantos otros proyectos que antes parecían inalcanzables. Pero el progreso, no debe empujarnos a perder la memoria, siempre debemos tener presente nuestro patrimonio histórico-cultural y nuestras raíces, que nos hacen ser quienes somos".
En representación de la Junta de Estudios Históricos de Misiones, la Profesora Alba Celina Etorena, aseguró que "Servando fue el organizador definitivo de la Ciudad de Posadas, que, por ese entonces, era mucho más chica de lo que hoy conocemos" Continuó relatando que "fue el autor y el ejecutor de la conversión de Posadas en una verdadera capital del territorio nacional primero, y de la Provincia de Misiones después".
Por su parte, la familia de este reconocido político y estadista recordó algunas anécdotas que emocionaron a propios y extraños.
Uno de sus nietos, el contador Ernesto Rolón, con una voz que no escondía la nostalgia ni la emoción, agradeció a todos los gobiernos municipales que homenajearon a su abuelo, desde Balbino Brañas, hasta Orlando Franco. "Esta plazoleta resulta muy cara a los sentimientos de nuestra familia" afirmó el Contador. En 1941, cuando la gente de Posadas se enteró de que llegaría Servando Semilla para ocupar el cargo de Gobernador del Territorio Nacional, una muchedumbre se reunió en la antigua estación de trenes y lo cuando llegó, lo llevaron en andas hasta la esquina de Roque Pérez y Córdoba. Fue allí, en ese mismo barrio, que este gran hombre sentó su hogar y se instaló con su familia.
Demostró su pasión por esta ciudad concretando sus sueños en obras que atestiguan su capacidad progresista y su contaste búsqueda del bienestar social.
"Hoy sus nietos, bis nietos y tataranietos, le prestamos nuestra gratitud a él y a todos los ciudadanos que hacen de la política, un verdadero servicio de compromiso con el pueblo" concluía en representante familiar, quebrando su voz y ante los aplausos del centenar de vecinos y funcionarios que se dieron cita esta mañana para recordar a Don Esteban Servando Semilla.
Los recordatorios no dejaban de aflorar y una de las nietas de Don Esteban, rememoró las palabras de una carta escrita por Gladys "Cariño" de Rovira, con la cual, decía resumir en los versos de un poema, a su vecino: "La vida, no es la vida que vivimos. La vida, es el honor y el recuerdo. Por eso hay muertos que en el mundo viven y hombres que viven en el mundo, muertos".
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